Pues eso, que me falta el tiempo, casi un mes sin escribir nada. En fin, que los pocos ratos que tengo libres no me apetece sentarme frente a la pantalla, que ya son bastantes doce horas diarias entre el trabajo y el cursillo.
Así a bote pronto comentar que el micro-puente de San Jorge fue de los que me gustan, planes a última hora con los amigos que salen bien, una comilona épico-decadente y muchas risas a costa de las tonterias que hicimos. Se acerca mi cumpleaños, que suele ser una época agradable aunque no se acuerde ni la familia, y estoy a cuatro pasos de la tercera década en el mundo. Ya escribiré algo si me acuerdo y tengo ganas y tiempo.
Y una de esas cosas en las que se puede perder un rato tonto y echarte unas risas;
Espero que se vea bien y no se coma el texto, o lo mandaré a hacer puñetas por la via rápida.
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